Hay personajes que se hacen un hueco en la historia de forma bastante insospechada, es el caso del personaje del que les quiero hablar, un arabe que formó parte de la corte de Abd ar-Rahman II.
Se trata del diplomatico al-Ghazal. Su nombre completo era Abu Zakariyya Yahya b. Hakam al-Bakri al-Jayyani, aunque para acortar lo llamaremos por el nombre con el que acabo apodado al-Ghazal (la gacela). Presuntamente era un hombre de hermosa apariencia y prestanza, de ahi su apodo.
Nacido en Jaén según las cronicas em el año 772 en el seno de una rica familia aristocrática árabe. Recibió como era de esperar por su rango y posicion, una esmerada educación, se dice que desde joven dominaba la poesía, la filosofía, la astronomía y la alquimia. Sin embargo, pasó a la historia como parte del cuerpo diplomático del emirato cordobés.
Al-Ghazal recibió este apodo por ser muy apreciado por su belleza, o al menos eso se supone . En la poesía andalusí “gacela” es metáfora de belleza y gracilidad.
Además de apuesto y elegante, llamaba la atención, por su porte, sus andares erguidos y su figura esbelta . Si a estas cualidades fisicas le sumamos un saber estar, una educación refinada, un carácter sociable y alegre, y por supuesto toda la impronta del refinamiento que se espera de la clase noble, nos podemos hacer una idea de cómo era al-Ghazal, aunque todos sabemos que las cronicas siempre mitifican a sus heroes.
En la corte tenía por su posicion , tal y como era de esperar,sus admiradores y sus detractores, pero sabía hacer frente a sus adversarios con su réplica, muchas veces en forma de sátira pues como hemos dicho, dominaba la retorica y el arte poetico.
Tenía gran habilidad usando su ingenio, su valor y su astucia. Al-Ghazal tenía la capacidad de saber adaptarse a situaciones, y de meterse en comflictos que pudiesen complicarse, sabia salir de ello como un triunfador.
No le faltaban contactos y amigos de cierto peso en la corte, con lo que podemos concluir que era un hombre valorado y bien posicionado.
La vida de Al-Ghazal fue intensa y se supone que llena de experiencias fascinantes, como la presunta embajada a tierras de los vikingos, hecho histórico que fue recogido por el cronista del siglo XII ibn Dihyah. Éste, a su vez, obtuvo la narración del viaje de la mano de un contemporáneo y amigo de al-Ghazal, Tammam ibn Alqama.
Los historiadores pese a todo siguen hoy día debatiendo acerca de la veracidad de esta narración. El texto árabe de ibn Dihyah fue traducido y publicado por dos historiadores que difieren, entre otras cosas, sobre el destino final de esta embajada , un mal comienzo si pensamos en trazar un relato minimamente creible.
Mientras uno opina que la visita de al-Ghazal fue a Irlanda, se especula que concretamente al reino del rey Turgeis y su esposa la reina Ota, el otro sostiene que fue Jutlandia (Dinamarca). En este artículo sigo la teoría de que el destino final fue Jutlandia. En concreto la isla de Sjaelland en Selandia, capital del rey Horik I.
Tras la derrota de los mayus en Sevilla, el representante del rey vikingo hizo presuntamente, una visita oficial al emir abd ar-Rahman II. Durante dicha reunión el emir aceptó con gusto la invitación formal a tierras vikingas, para sellar la paz entre ambos pueblos.O al menos un pacto de no agresion, este ultimo supuesto parece mas creible.
El emir decidió que la persona idónea para dicha empresa era el poeta al-Ghazal, quien ya había demostrado ampliamente sus dotes diplomáticas en una misión anterior a tierras Bizantinas.
La expedición hacia tierras del norte comenzó en la primavera del 845.
Las naves para tal empresa se estaban preparando en Silves. Esta ciudad, del sur de al-gharb, contaba con un puerto fluvial, unos astilleros que obviamente servian al proposito de construir las naves,y una fila de molinos en la orilla del río Arade, que desemboca en el océano Atlántico. Silves estaba rodeada por montañas con bosques de pinos y nogales, cuya madera se empleaba para la construcción de barcos. Asi que con buena madera y grano, era la ciudad perfecta para preparar la mision.
De esta ciudad del Algarve, zarparon las naves andalusíes y las vikingas. La safina andalusí llevaba velas latinas y dos remos laterales colocados a popa. A esta safina la acompañaban naves auxiliares más pequeñas. Por su lado los mayus (nombre que los arabes otorgaban a los nordicos) prepararon sus knörr, naves comerciales preparadas para la navegacion en mar abierto, que les servirían de guía hasta llegar a Jutlandia
Al-Ghazal partio pues ,acompañado de su amigo Yahya b. Habib. Según dicen éste había inventado una especie de reloj (según otros se supone que algun tipo de sextante nautico), por ello le pusieron el mote de sabih al-munaikila (señor del reloj).
Según el texto de ibn Dihya siguiendo el relato de Tammam, el viaje fue de todo menos placentero:
“En cuanto salieron a mar abierto y pasaron el gran promontorio que sale al mar y que forma la frontera más occidental de al-Andalus, que es la montaña conocida como “Aluwiyah” (cabo de Finisterre en la bahía de Vizcaya), continúa relatando que sus lados son escarpados y se alzan en pendiente hacia la cima.”
Ahí fue donde el mar se enfureció. Se levantó un fuerte viento, que hizo temer a al-Ghazal por su vida. Más tarde escribió:
“Yahya me dijo que cuando navegabamos entre olas altas como montañas, los vientos nos avasallaban desde el oeste y el norte, y las dos velas se desgarraron y los cables se cortaron, el ángel de la muerte nos extendía inevitablemente sus manos, veíamos la muerte como el ojo ve cada estado.Oh, amigo mío...sucede que ésta gente notiene capital alguno en nosotros!”.
Superada la tormenta, llegaron después de varios días a las islas de Jutlandia o Selandia.
“Llegaron a una gran isla en el océano con corrientes de agua y jardines. Se encontraba a tres días de navegación de tierra firme. Allí estaban los mayus, demasiado numerosos para ser contados y alrededor de la isla hay muchas otras islas, todas habitadas por mayus. La tierra colindante es también suya y tiene una extensión de varios días de viaje.”
“La actual isla de Dinamarca tiene forma circular y es arenosa. Tiene cuatro ciudades principales, muchos pueblos y puertos protegidos. La distancia desde la costa de la isla hasta la ciudad de Alsiyah, situada a la izquierda del viajero según entra en el país, es de 25 millas. Esta ciudad es pequeña pero civilizada y tiene mercados permanentes y edificios en largas filas y está situada cerca de la costa”.
Al ver llegar la safina y el knörr, la gente se agolpó en el puerto con curiosidad para ver quiénes eran esos extranjeros. Les llamó la atención la vestimenta andalusí de la comitiva, con amplios trajes bordados en hilos de oro que llegaban hasta el suelo. Asombrados vieron bajar a la comitiva andalusí. Se supone que una embajada diplomatica, vestia sus mejores galas, y por supuesto, portaba los mas elegantes y suntuosos regalos para agasajar al anfitrion.
Hombres morenos con ojos oscuros, no tan altos como los nordicos (o al menos no tan fornidos como ellos). Si bien al-Ghazal cuando realizó ese viaje tenía ya 50 años y el pelo canoso, indudablemente, seguia mostrando un porte elegante y refinado y conservaba una buena forma física
Al-Ghazal, debio sentirse bastante sorprendido al ver las casas, las ropas de la gente, su aspecto tan distinto al andalusí. Los mayus llevaban ropa más ajustada, casi todos eran rubios o pelirrojos, de gran estatura y cuerpos bien formados. Las mujeres con trenzas solían llevar una camisa de lino sencilla que llegaba casi a ras de suelo, cubierta con un mandil con dos tirantes cosidos en los hombros.Cubrían la cabeza conuna cofia sujeta con cordones. Vestimentas tipicas nordicas, el hangerok y la costumbre de taparse el pelo de la mujer casada.
Los andalusíes según este relato fueron alojados en salr, casas rectangulares de buena calidad y con amplitud destinadas a los huéspedes. Durante unos cuantos días descansaron, mientras en el puerto, se afanaban en restaurar la safina bastante vapuleada por la tormenta . El knörr, que los había acompañado desde Silves, siguió viaje hasta la residencia del rey danés de los vikingos.
El rey Horik I fue informado de su llegada y se alegró mucho de la visita de la embajada arabe. Enseguida ordenó que se organizara todo para su recibimiento.
Este monarca danés era seguidor del credo pagano al igual que la mayoría de los vikingos daneses de esa época. Si bien el cristianismo estaba ya haciendo acto de presencia, aún no había cuajado entre la población ni entre la clase gobernante.
Al-Ghazal y su gente, repuestos de los rigores de la travesía, prepararon los regalos y la carta del emir. Aunque esto ultimo no se entiende demasiado bien, a no ser que el propio dignatario arabe la leyese en presencia de los nordicos (y se sirviese de un interprete para traducir sus palabras) poco o nada sacarian en limpio ambas partes. Dudo que entre la preparacion de Ghazal estuviese el hablar fluidamente el nordico...como igualmente dudo que el rey nordico tuviese un interprete de lengua arabe.
Luciendo su traje de gala, aseado y animoso se puso en marcha hacia el höll o residencia de Horic I. Donde se supone que tenia que ser recibido por el monarca y por su corte, incluida la reina a la que al parecer, el emisario le causo una grata impresion.
Previamente había exigido que se respetara el protocolo de no postrarse ante el rey danés, ya que él solo se inclinaba ante el emir de Córdoba. Surgió entonces la anécdota, que cuando llegó a la puerta de entrada a la sala de audiencia, ésta había sido transformada de tal forma que nadie podía entrar por ella si no era de rodillas. Al-Ghazal se paró delante de ella y hubo de pensar la forma de pasar por ella sin postrarse. Se supone que el rey danes queria humillarle en cierta manera.
Se sentó pues en el suelo con las piernas alargadas hacia delante y se deslizó sobre su parte trasera. Una vez atravesado el dintel de la dichosa puerta, se puso de pie y saludó al rey con suma educación como si nada hubiera pasado. El rey Horik I, se sorprendió del ingenio del embajador:
– «Pretendía humillarte y tú en cambio me has mostrado tus zapatos en mi propia cara» – dijo Horic asombrado.
Al-Ghazal hubo de usar sus dotes diplomaticas y quitar hierro al asunto , asi que ordenó que le acercaran la carta del emir y tras un largo discurso del que no sabemos si el nordico entendio ni media palabra, hizo traer los presentes para el rey. Horic quedó muy agradecido por los cofres llenos de ropas, vajillas y demás regalos.
El Höll era la residencia del rey, que estaba rodeado por otras edificaciones menores de servicio de muy diferentes tamaños donde vivían no sólo la familia real sino también los miembros de la corte y los sirvientes. A este grupo de casas entorno al höll se lo llamaba Baer. De esta forma estaban organizadas todas las viviendas de los poblados, es decir, los Baer se formaban entorno a una casa principal, donde vivía un jefe importante
Al-Ghazal hubo de adaptarse no sólo al clima invernal sino también a la vida ycostumbres vikingas, ya que su estancia entre nordicos alcanzo casi un año de duracion .
La corte de Horik I se completaba con el salr, donde se alojaba la comitiva andalusí y los skemma las salas dedicadas a las mujeres, donde la reina Nud pasaba casi todo el día junto a sus damas de compañía. Durante las largas noches de invierno, andalusíes y mayus compartieron las horas debatiendo temas diversos, recitando poesía, diciendo adivinanzas. Al-Ghazal gustaba de escuchar las sagas de los vikingos, otras veces disfrutaba en su salr, largo rato jugando al ajedrez o a las damas, aunque algunos expertos añaden que podria tratarse mas bien de hneftalf , un juego de mesa vikingo, aunque bien es cierto que los nordicos podrian conocer ya el ajedrez, ya que estos juegos de mesa eran muy populares en los días de nieve y temporales.
Un día recibió la invitación de la reina Nud, quien había escuchado hablar tanto de él, que sentía curiosidad por conocerlo. Al-Ghazal al verla se quedó sin palabras y sin pestañear. Entonces ella le dijo al intérprete que le preguntara por qué la miraba así.
- ¿Es porque me encuentra muy hermosa o por lo contrario? – preguntó la reina.
– Sin duda es porque no imaginé que hubiera una mujer tan bella en el mundo. He visto en los palacios de nuestro rey, mujeres escogidas para él de entre todos los países, pero nunca he visto entre ellas una belleza semejante. – dijo haciendo gala de sus dotes seductoras.
–Pregúntale si lo dice en serio o está bromeando. – dijo ella al intérprete.
–En serio, sin duda alguna. – contestó al-Ghazal rotundo.
-¿Es que no hay mujeres bellas en tu país? – insistió la reina Nud
–Mostradme algunas de vuestras mujeres para que pueda compararlas con las nuestras. – le pidió el diplomático.
Entonces la reina reunió enseguida a las mujeres más bellas de la corte. Al-Ghazal las observó una a una y dijo:
–Son bellas, pero no son como la belleza de la reina, pues su belleza y sus cualidades no pueden ser apreciadas por todos sino solamente por los poetas. Si la reina desea que yo describa su belleza, sus cualidades y su sabiduría mediante un poema que será recitado en toda nuestra tierra, así lo haré. – dijo al-Ghazal con cortesía.
Más tarde, ya en al-Andalus al-Ghazal contó los pormenores de esta primera conversación con la reina.
Su amigo Tammam le preguntó:
–¿Es cierto que eran tan bella como la has descrito? – preguntó Tammam
–¡Por tu padre que tenía cierto encanto! Pero al decirle esto me atraje su afecto y obtuve de ella más de lo que deseaba. – contestó al-Ghazal
Parece ser que la reina quedó fascinada por la personalidad del andalusí, además de atraída por su buen ver, a pesar de que era un hombre entrado en años y ya lucía cabellera canosa propia de su edad.
Desde ese día, la reina lo llamaba todas las tardes a su estancia, donde pasaban horas hablando. A ella le gustaba escuchar la historia de los árabes, de los musulmanes y de sus países. Un día hubo otra anécdota cuando la reina le preguntó a al-Ghazal la edad que tenía.
–Veinte años. – dijo al-Ghazal bromeando.
–¿Qué joven de veinte años tiene el pelo canoso? – respondió ella siguiendo el juego.
–¿Qué hay de extraño en ello? ¿Acaso no ha visto nunca un potro que tuviera el pelo canoso al nacer? – continuó él.
La reina Nud divertida, se asombró de sus palabras. Al-Ghazal entonces recitó:
“¡oh, corazón mío, que soportas la llama de una difícil pasión, Contra ella luchas como si fuese un león! Estoy enamorado de una mujer vikinga.Que no dejará que se ponga el sol de su belleza.Que vive en los confines de lo creado por Allah,Donde no encuentra el camino el que hacia ella va.¡Oh, Nud, joven y bella, de tus botones brota una estrella!¡Por mi padre que nada más dulce o placentero.Para mi corazón que aquella a la que
veo!Si tuviera algún día que decir que mis ojos han visto a alguien como tú, seguramente estaría mintiendo
.Ella dijo: “veo que tus cabellos se han vuelto blancos”.En la broma, me hizo ella bromeary respondí: “¡por mi padre, que en mi tierra asínacen los potrancos!”Y ella rió y admiró mis palabras, Las dije yo para causar asombro. “
Al finalizar y habiendo el intérprete traducido el poema, dijo ella riéndose:
–¿por qué no te tiñes las canas?
A la tarde siguiente, al-Ghazal acudió a la llamada de la reina y apareció con el pelo teñido de negro. Nud se alegró del cambio y alabó lo bien que le quedaba.
Al-Ghazal respondió con lo siguiente:
“por la mañana me elogió por la negrura de mi tinte,Era como si éste me hubiera hecho
volver a mi juventud.Pero para mí son los cabellos canos y su tinte.Como un sol que queda envuelto por la niebla.Se ocultan un momento y el viento del este los descubre .Y la capa comienza entonces a desvanecerse.¡No desprecies el destello del pelo blanco!Es la flor del entendimiento y la inteligencia.Tengo lo que ansías en tu juventud,Elegancia en las maneras y educación.”
Las asiduas visitas a la reina pusieron bastante nervioso a Yahya b. Habib, quien le llamó la atención a al-Ghazal porque tal conducta prodria despertar los celos o incluso la ira del rey podría encontrar incomvenientes estos encuentros diarios. Entonces al-Ghazal con cara de preocupación le explicó a la reina que los encuentros entre ambos podrían acarrearle muchos problemas e incluso el fracaso de la embajada. La reacción de la reina Nud fue una gran carcajada.
–No hay semejante cosa entre nuestras costumbres y los celos no existen entre nosotros. Nuestras mujeres permanecen con su marido mientras éste le resulte agradable, pero le abandonan cuando deja de agradarle.
Estas costumbres sorprendieron sobremanera al andalusí. Casi no lo podía entender, pero quedó mucho más tranquilo sabiendo que no estaba haciendo nada malo a priori según las costumbres del modo danico.
Por lo que , tenemos que creer que las visitas a la reina Nud se sucedieron. Pasó el duro invierno y llego la era de bonanza en las tierras del norte. En septiembre del 846, llegó la hora de la despedida para retornar a al-Andalus. El rey Horik I quedó muy satisfecho de la estancia de su invitado, y siguiendo el protocolo. le entregó cartas de amistad para el emir de Córdoba y unos documentos de paz para el rey de León, Ramiro I, además de regalos para ambos monarcas.
Al-Ghazal elogió al pueblo vikingo, alabó sus hazañas grandes y pequeñas. La reina Nud quedó feliz de haber conocido a un hombre tan singular. La safina andalusí zarpó con buen tiempoo de tierras del norte rumbo al sur.
Pasadas varias semanas de travesia llegaron a Shent Ya´qub (Santiago de Compostela), donde la comitiva andalusí entregó la documentación de Horic I al rey de León. Permanecieron en tierras leonesas unos dos meses hasta el final de la temporada de peregrinaciones. El rey Ramiro I los trató con todos los honores debidos a una embajada que a vista de todos, les habia hecho un gran favor al entrevistarse con los nordicos y lograr un tratado de paz (al menos en teoria).
Pasado ese tiempo de acogida entre los cristianos, continuaron el viaje de regreso atravesando Castilla, escoltados por soldados del rey, hasta que por fin entraron en tierras de al-Andalus. Pasaron por Toledo en su camino antes de llegar a Córdoba, donde los esperaba con ansiedad el emir abd ar-Rahman II.
La paz quedó sellada con los mayus, hasta la muerte de Horic I en 854, cuando el nuevo rey vikingo dispuso que eran palabras vacias y las incursiones vikingas regresaron a las costas Españolas,en todo caso, por si acaso, Abd al-Rhaman II no estuvo ocioso, aprovecho los años de paz (hasta la muerte de Horik I en 854) para reforzar todas sus defensas costeras y construir un poderoso arsenal en Sevilla.
Asi mismo, reforzo su flota en patrullas constantes desde la costa Provenzal y Galicia , pasando por las posesiones arabes en Portugal y llegando a Al-Andalus. Igualmente, se crearon fuertes costeros que a la larga, acabaron por mostrarse mas que eficaces contra el temido ataque de los vikingos.
Fuentes:
Wikipedia.
https://andalfarad.com/embajada-de-al-ghazal-tierras-de-los/
Un Embajador Andalusi en la corte de un Rey Vikingo. AL-GHAZAL . Pedro Damian Cano Borrego (Articulo de la revista MUY HISTORIA).
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